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Arquitectos: Pedro Pitarch - Architectures & Urbanisms
- Año: 2024
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Son los objetos y no la arquitectura los que construyen la domesticidad contemporánea. La distribución, la composición o la correlación entre pieza y función, condición inventada por la modernidad, han dejado de coordinar los esfuerzos que generan la esfera de lo doméstico. En un estado pre-moderno de la domesticidad era el mobiliario el que generalmente definía los eventos domésticos que construían la idea de hogar, y no su división en piezas que, junto con la zonificación y especialización programática de las mismas, ha implantado durante más de un siglo una homogeneización planetaria de las rutinas de la vida cotidiana.
La reinvención de las prácticas del día a día, heredadas, asumidas e impuestas, se antoja como una de las pocas formas de revolución social posibles en la era del post-capitalismo. El diseño de nuevos formatos arquitectónicos que planteen marcos contextuales, lugares de oportunidad, fuera de las restricciones de la domesticidad heredadas de la modernidad es crucial para la posible reinvención de la vida cotidiana. La pieza que aquí se inserta en una vivienda convencional pretende reorganizar su eventualidad doméstica en torno a un Dispositivo para la Crítica de la Vida Cotidiana, en la línea de lo apuntado por Henri Lefebvre.
La operación arquitectónica es puramente estratégica. Se plantea una abstracción tipológica de la planta de una vivienda convencional mediante la implantación de un elemento puramente geométrico que contiene todos los mecanismos, instalaciones y objetos y necesarios para construir la esfera de lo doméstico. Un dispositivo arquitectónico que congrega, pliega y despliega eventos domésticos. Lo doméstico queda emancipado de las restricciones de la distribución espacial, de las restricciones de la sofisticación material o incluso de las restricciones de las costumbres y hábitos heredados.
La domesticidad se reduce a pura infraestructura. Los diferentes programas cotidianos, derivados de las necesidades de la propietaria, quedan embebidos en una pieza de mobiliario triangular que asume el rol infraestructural del proyecto. No hay arquitectura más allá de la infraestructura, que se comporta como un dispositivo capaz de activar de eventos domésticos las zonas adyacentes a cada fragmento de la pieza.
La hiper-densificación infraestructural exige una segunda decisión: reducir toda otra posible intervención arquitectónica a los acabados. Para ello la planta del proyecto traza tres bandas paralelas que quedan atravesadas por la geometría el triangulo. Dos más cálidas de madera en los extremos del proyecto y una tercera más dura de terrazo monocapa en la zona central. Tres franjas que sugieren usos de descanso y reunión en las cálidas o de cocina e higiene en las frías.
El plano de techo se resuelve con la misma condición de abstracción homogénea que el resto del apartamento, usando un techo acústico perforado que incorpora a modo de otros orificios las luminarias empotradas orientables que se distribuyen homogéneamente según los posibles requisitos de usos multiples del espacio inferior a él.
La infraestructura doméstica, prisionera de la geometría triangular, es un oxímoron arquitectónico que emancipa las rutinas del día a día generando líneas de fuga de la cotidianeidad. Son precisamente los eventos domésticos, que se generan en torno a la infraestructura del dispositivo arquitectónico insertado, los que construyen una condición revisada de la domesticidad y, por tanto, del hogar.